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El Jugador Online (por Chess and Mind)

Román se creía un experto en el ajedrez. Jugaba desde hacía 3 años en una plataforma por Internet y su Elo se había disparado. Para lo poco que le habían enseñado, contaba con 1400 puntos en la página. Cuando bajaba al bar, no tenía rival, podía pasarse horas jugando con sus amigos y no había nadie que le hiciese sombra.

Una tarde como otra cualquiera, se encontraba en el bar habitual ganando a todo el mundo. Se solía mofar de todos con simpatía, aunque a veces era algo repelente.

-Y otro jaque… ¡Con este ya van 4!- Dijo en voz alta mientras soltaba una carcajada demasiado exagerada.

Alrededor había por lo menos 7 personas, todas conocidas para Román, excepto un padre y su hijo que se acababan de acercar para ver el espectáculo. Eso le encantaba, gente nueva, desconocidos que apreciasen su talento.

-Jaque mate, cada vez me resulta más sencillo esto- Farfulló Román mientras daba un trago a su refresco.

-Tu rival disponía de una defensa mejor, con la que te hubiese puesto en apuros- Dijo el niño decidido. La mayoría se quedaron boquiabiertos ante el desparpajo de aquel muchacho. No aparentaba más de 11 años y estaba hablando en público desconocido con una seguridad asombrosa.

-Siéntate, a ver si eres capaz de defenderte mejor, chavalín- Le retó Román.

El niño no lo dudó, se sentó y se puso a jugar. La gente estaba expectante, no daban crédito, un simple niño jugando al ajedrez. A medida que se alargaba la partida, se añadía más y más gente, hasta quedar toda la mesa rodeada. En el centro, dos cabezas pensantes, de diferentes edades, en una encarnizada batalla intelectual. La tensión se cortaba en el ambiente, el chiquillo le había comido un peón y Román empezaba a sudar. El padre del pequeño genio miraba tranquilo. Sabía que su hijo lo tenía todo bajo control.  Los murmuros se hacían cada vez más audibles, Román lo estaba pasando verdaderamente mal.

-Le lleva un peón de ventaja y ahora lo tiene en jaque- Decía en voz baja un señor de mediana edad.

Estaba claro que Román iba a perder, pero estaba alargando su agonía. Hasta que de pronto, como si fuese un rayo, la dama de su joven rival irrumpió en las defensas y le dio jaque mate.

-Has jugado bien, pero verdaderamente deberías haberte percatado más en tu flanco de dama. Te has centrado demasiado en el de rey, y eso ha generado demasiado subdesarrollo en el otro lado- Le explicó el misterioso niño. A Román todo eso le sonaba a chino…

-Pero… ¿Cómo puede ser?, si tengo 1400 de Elo. ¡Eso es muchísimo!-

-Ah pero… ¿Estás federado?- Le preguntó el padre del chaval

-Claro que no, juego por el móvil, federarse en el ajedrez… Nunca lo había escuchado-

-Mi hijo tiene 2000 puntos de Elo FIDE, si quieres seguir progresando, deberías apuntarte a un club y federarte- Le dijo finalmente el padre.

Román todavía no daba crédito a lo que había pasado. ¿Federarse? ¿FIDE? ¿2000 de Elo? ¿Se podía tener tanto? Muchas preguntas en un día, que por primera vez, había perdido una partida de ajedrez en el bar.

 

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